


Se declaró cofrade por herencia, y en su relato, hizo una razonada defensa de la Semana Santa, de la Acción social de las cofradías, de los beneficios de la Semana Santa para la sociedad en su conjunto, y sobre todo hablo de las vivencias cofradieras, sus propias vivencias y las de otros cofrades y amigos, en la que narró con pasión la pena por no poder salir por motivos climatológicos o el dolor, cuando la lluvia una vez en la calle les moja la túnica, y empapa las Imágenes y enseres.
Tras finalizar sus palabras, que fueron muy sentidas, recibió un largísimo aplauso de todos los concurrentes, mientras emocionado, era efusivamente felicitado por los organizadores del acto, profesores, alumnos del Centro y de los hermanos de las Aguas, amigos y conocidos que le acompañaron.